(Perspectiva de nuestro Director de Impacto - Simon Winograd)
Colombia se ve a menudo eclipsada por sus vecinos andinos, e incluso por el resto de América, en lo que respecta a su rica historia de pueblos indígenas. En los textos de historia abundan los relatos sobre los movimientos de Francisco Pizarro en Perú o la conquista de México por Hernán Cortés, pero hay una ausencia notable, incluso para el historiador novato, de los pueblos indígenas de Colombia.
En el norte, dentro de las fronteras del territorio, se encuentran cuatro pueblos indígenas distintos: arhuaco, kogui, wiwas y wayúu. Más al sur y al este, las llanuras sirven de corredor a la Amazonia y con la perspectiva adecuada pueden parecerse a la sabana africana, podemos encontrar los pueblos Tucano entre otros.
Desde la frontera del Amazonas nos dirigimos hacia el este atravesando dos de las enormes espinas montañosas que corren de norte a sur, para encontrarnos en el departamento del Cauca. Es aquí donde se encuentran los pueblos Nasa y la finca Native Root. La topografía y la geografía pueden parecer similares de una región montañosa a otra, pero desde el norte del país en la Sierra Nevada hasta el Eje Cafetero y el suroeste del país en el Cauca, los paisajes son diferentes, las tonalidades de verde que envuelven las montañas es única en cada lugar. A medida que se avanza de este a oeste, desde el Eje Cafetero hasta Cuaca, el cielo se satura más de gruesos cúmulos y el paisaje se llena más de caña de azúcar.
Con unos 115 grupos indígenas en Colombia, cada uno con su propia forma de ver e interpretar la realidad de su mundo, esto se refleja en los cultivos que siembran en sus tierras. El pueblo nasa no es una excepción. La familia Liz Andela lleva tres generaciones trabajando en armonía con el paisaje natural. Las hermanas Jackie y Juliet también han ido adoptando los últimos avances de la ciencia agronómica fusionándolos con las prácticas ancestrales de cultivo, lo que ha dado como resultado unos cafés exquisitos y un profundo y continuo respeto por su herencia indígena. Le invitamos cordialmente a que, juntos, conectemos con nuestras raíces autóctonas, así como con su lugar y su hogar, sus, raíces nativas.